martes, 15 de febrero de 2011

Clima y geología de Seseña

La posición geográfica de Seseña en la Región Mediterránea hace que tenga un clima caracterizado por la aridez estival. Su situación en el interior peninsular es la responsable de que no existan influencias del mar para atemperar el clima, es decir para reducir los valores extremos de las temperaturas. Por eso el clima de la zona se puede definir como mediterráneo continental, con dos periodos críticos para los seres vivos, el verano y el invierno Esto supone prolongados periodos de sequía, fuertes heladas y otros fenómenos adversos como lluvias torrenciales, a veces acompañadas de granizo y fuerte aparato eléctrico.
Las dos estaciones meteorológicas más cercanas a Seseña se localizan en Esquivias, al oeste, y Aranjuez, al sur (http://www.mapya.es/siga/inicio.htm) con una diferencia de altitud de más de 100 m. Su proximidad a nuestro municipio permite que sean usadas como referencias del clima de las llanuras altas y de las zonas de vega respectivamente.  Sus valores medios muestran escasas diferencias en la precipitación así como unos valores ligeramente más bajos para las temperaturas en la estación de Aranjuez.


La historia geológica de Seseña hay que remontarla al menos al comienzo del Terciario, hace 65 millones de años. En ese periodo la erosión de las montañas situadas en el centro de España originó grandes cantidades de sedimentos que se depositaron en lo que hoy son las llanuras ubicadas en la confluencia de las provincias de Toledo, Madrid y Guadalajara. La situación de Seseña en el centro de esta cuenca sedimentaria explica que sus rocas sean de grano fino, principalmente arcillas, así como otras procedentes de materiales que estaban disueltos en el agua: calizas (formadas por carbonato cálcico), yesos (sulfato cálcico) y sílex o pedernal (óxido de silicio).

Estos procesos geológicos dieron lugar a la mayor parte de las rocas que aparecen actualmente, entre las que predominan los yesos y las arcillas ricas en magnesio, denominadas margas. La distribución de las rocas del Terciario en el entorno de Seseña es más o menos la siguiente. Entre los 500 y 600 m de altitud prevalecen los yesos, que presentan finas capas de margas grises y a veces paquetes de sales sódicas y magnésicas. Por encima de los 600 m alternan calizas y margas blancas. En los estratos situados a mayor altitud, entre 650 y 700 m, aparecen capas de silex, que destacan de las demás rocas por su mayor dureza y resistencia a la erosión.
Tras la sedimentación terciaria la erosión fluvial eliminó buena parte de las rocas de origen lacustre, lo que hace que en la actualidad la superficie del terreno no sea completamente horizontal. Las capas más altas de sílex, calizas y margas blancas quedaron arrasadas en la mayor parte de la zona, haciendo aflorar el yeso inferior.

La última parte de la historia geológica de Seseña tiene lugar durante el Cuaternario, y fue consecuencia de una alternancia de fases frías, las glaciaciones, y otras cálidas, los interglaciares. Esto ocasionó variaciones en el nivel del mar,  el caudal de los ríos y las precipitaciones. Los ríos fueron ahondando sus valles de forma intermitente con la producción de una especie de escalones denominados terrazas. A ambos lados de los cauces se depositaron arcillas, arenas y gravas procedentes de tramos más altos del río. Los depósitos más recientes, inmediatos al curso del río, han dado lugar a los ricos suelos de la vega y a los areneros y graveras que tanto han proliferado en los últimos años. También se han descrito fenómenos de erosión eólica durante los periodos más fríos y secos del Cuaternario, que transportaron finas arenas y arcillas de color ocre, depositadas en las llanuras más altas y que actualmente se confunden con las arcillas rojas de origen edáfico.
Mapa geológico de Seseña



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