lunes, 31 de octubre de 2011

Cuaderno de campo: introducción

En estas sección iré incluyendo extractos de anotaciones de campo hechas en Seseña y su entorno. La mayor parte de ellas se refieren a las comunidades vegetales. Me han servido para conocer mejor como "funcionan" los ecosistemas de esta zona, en particular sus matorrales y pastizales, y como se ven afectados por distintas influencias que modifican sus características, como el fuego o el pastoreo de las ovejas.

Son muchas las cosas que se pueden observar cuando se sale al campo. Generalmente, antes de salir tenemos una clasificación, más o menos detallada, de los tipos de ecosistemas que nos podemos encontrar en torno a la zona donde vivimos (prados, arroyos, charcas, zonas de matorral, zonas de bosque, campos de cultivo, bordes de caminos, etc). Posteriormente deberíamos hacer un listado de las plantas y animales que viven en cada ecosistema. Para ello será importante documentarse, leyendo libros o artículos relacionados con la flora y la fauna del sitio en cuestión. Después se realizará un inventario sobre el terreno, ayudado de guías de flora y fauna. Conviene que no nos limitemos a hacer una simple lista de especies, buscando información también sobre la abundancia de los distintos tipos de plantas y animales, sus tamaños, localización, modo de agrupación, etc.

domingo, 20 de febrero de 2011

Del bosque a la estepa

Reconstrucción de los bosques primitivos
de los cerros de la vega.
La deforestación y desertización antropogénica se ha verificado, aparte las devastaciones de guerras y otras accidentales: 1) explotando, para el carboneo, yeserías y otros usos industriales y domésticos, la madera y la leña del monte en proporción mucho mayor que su producción natural, que es lenta; 2) roturando para el cultivo extensiones muchísimo mayores que las permanentemente cultivadas.
Esta desertización continúa ante nuestros ojos, exacerbada en el último decenio; y yo mismo la he presenciado y registrado fotográficamente. Primero se enajenan las maderas y leñas; después se contrata el descepe de las matas leñosas; luego se rotura para disfrutar las cosechas extraordinarias (para este clima) que proporcionan en los primeros años las reservas acumuladas en siglos por el monte; y, cuando éstas desaparecen, se abandona la tierra estéril, que las lluvias van descarnando para llevar la obra destructora a otro retazo.
Emilio Huguet del Villar (1925)

De esta forma empezaba el geobotánico Huguet del Villar uno de sus artículos sobre la vegetación del centro de España a comienzos del siglo XX. A diferencia de otros autores anteriores consideraba que la vegetación esteparia de esta zona era fruto de la destrucción del bosque por el hombre, algo que él mismo pudo observar en sus recorridos por el campo. Se trataba de una combinación de sobreexplotación de los recursos del bosque (maderas y leñas fundamentalmente), roturación excesiva y pastoreo abusivo. Esto fue precisamente lo que originó el paisaje estepario que predomina en Seseña y su entorno.

martes, 15 de febrero de 2011

La vida en los cerros de yeso

Los cerros de yeso también son llamados aljezares. Aljez es el mineral de yeso en lengua árabe y aljezar es, por extensión, el yesar. La palabra yeso es sin embargo de origen griego y fue utilizada profusamente en el mundo romano, bajo el término gypsum, que es de donde procede el actual vocablo. El yeso es por tanto una parte de nuestra historia, su uso es antiguo, como lo es la degradación que sufrieron los espacios naturales que se asentaban sobre este apreciado mineral. 

Poco a poco el yeso fue aflorando en las zonas donde la capa de arcilla que cubre los llanos era poco generosa, sobre todo en las laderas que asoman a la vega. Se fue dibujando el paisaje gris y ocre que se divisa cuando dirigimos la mirada hacia nuestro pueblo desde la vega del Jarama. Un paisaje de pequeños matojos y plantas cespitosas con numerosos calveros ocupados por menudas yerbecillas y líquenes.Se trata sin embargo de un paisaje de gran riqueza biológica puesto que posee un gran número de especies que, además, son poco comunes en general. 

La fauna silvestre

Como la vegetación la fauna silvestre se ha visto muy afectada por la destrucción de los bosques primitivos, empobreciéndose y cobrando más protagonismo especies que quizás no fueran tan importantes en el pasado. En la fauna de las tierras agrícolas, campiñas calizas y llanuras arcillosas, destacan las aves esteparias. La especie más espectacular de todas es la avutarda, el ave de mayor tamaño de toda la fauna europea. Otras aves de los dominios esteparios son el sisón, la terrera común, la cogujada, la calandria o la perdiz roja. Estos campos de secano también albergan algún olivar y unos pocos almendrales, que rompen la monotonía del cultivo de gramíneas y sirven de cobijo a la fauna. En estos árboles anidan palomas torcaces, tórtolas, alcaudones o cucos. Entre las rapaces se puede observar al aguilucho lagunero, el aguilucho cenizo, los milanos o el cernícalo. Tampoco faltan los mamíferos, entre ellos el conejo, que aprovecha las escasas irregularidades del terreno para realizar sus madrigueras, en particular en el área caliza. Pero la especie más característica de estas extensas tierras llanas o suavemente onduladas es la liebre, más abundante en las campiñas blancas. Entre los escasos mamíferos depredadores es posible ver al zorro y más raramente a la comadreja.

Flora y vegetación

La vegetación primitiva de Seseña, donde dominarían los bosques, ha sido sustituida en su mayor parte por cultivos, como muestra el mapa de Cultivos y Aprovechamientos del Ministerio de Agricultura. Entre cultivos de secano y de regadío suponen el 50,3 % del término, mientras que lo catalogado como pastizal/matorral, pastizal y matorral, constituye el 23,4 % del término. Es en esta casi cuarta parte de la superficie del municipio donde se localiza la vegetación silvestre, que también avanza por las lindes de los campos y los bordes de los caminos entre las tierras cultivadas. Las especies que componen esta vegetación son generalmente de pequeña talla, arbustos y hierbas, aunque también quedan algunos árboles, con diferencias entre las distintas zonas geológicas y topográficas.

Relieve y aguas

El relieve de Seseña se articula fundamentalmente a través de dos superficies más o menos llanas pero de distinto nivel: las vegas y los llanos. Ambas quedan separadas por laderas de elevada pendiente, los cerros de yeso, que confieren a la zona de contacto un aspecto montuoso. La horizontalidad que caracteriza a los llanos de Seseña, se pierde hacia el noroeste (zona de El Caño), donde predominan las calizas y margas blancas. Aquí el terreno es más ondulado, coincidiendo también con el inicio de la cuenca vertiente del Arroyo de Seseña. En el límite norte del municipio estos terrenos blancos contactan con las cotas mayores de la zona, situadas en los Cerros de Valdemoro (Espartinas, 714 m). La distribución de vegas y llanos queda determinada por la red hidrográfica, en la que destacan Tajo y Jarama, en torno a cuyos cursos se sitúan los valles más anchos. A la altura de Aranjuez, donde el Jarama desemboca en el Tajo, la anchura de la vega supera los 3 kilómetros; en el Puente Largo, la vega del Jarama presenta una anchura de 2 kilómetros aproximadamente.

Clima y geología de Seseña

La posición geográfica de Seseña en la Región Mediterránea hace que tenga un clima caracterizado por la aridez estival. Su situación en el interior peninsular es la responsable de que no existan influencias del mar para atemperar el clima, es decir para reducir los valores extremos de las temperaturas. Por eso el clima de la zona se puede definir como mediterráneo continental, con dos periodos críticos para los seres vivos, el verano y el invierno Esto supone prolongados periodos de sequía, fuertes heladas y otros fenómenos adversos como lluvias torrenciales, a veces acompañadas de granizo y fuerte aparato eléctrico.