martes, 15 de febrero de 2011

Flora y vegetación

La vegetación primitiva de Seseña, donde dominarían los bosques, ha sido sustituida en su mayor parte por cultivos, como muestra el mapa de Cultivos y Aprovechamientos del Ministerio de Agricultura. Entre cultivos de secano y de regadío suponen el 50,3 % del término, mientras que lo catalogado como pastizal/matorral, pastizal y matorral, constituye el 23,4 % del término. Es en esta casi cuarta parte de la superficie del municipio donde se localiza la vegetación silvestre, que también avanza por las lindes de los campos y los bordes de los caminos entre las tierras cultivadas. Las especies que componen esta vegetación son generalmente de pequeña talla, arbustos y hierbas, aunque también quedan algunos árboles, con diferencias entre las distintas zonas geológicas y topográficas.


En los cerros y tierras blancas del noroeste la vegetación silvestre se reduce a los cerros de mayor pendiente y a las lindes de los caminos. Está compuesta principalmente por hierbas anuales y pequeños matas. Entre los arbustos abundan las plantas aromáticas como el tomillo salsero. También es frecuente el lino silvestre. Además aparecen retamas dispersas, a veces alineadas a lo largo de los caminos. Finalmente hay que destacar la presencia de encinas y coscojas dispersas en las tierras lindantes con Valdemoro y Torrejón de Velasco, únicos testigos de lo que debieron ser los bosques primitivos en las tierras calizas de Seseña.


Entre las tierras de cultivo de los llanos arcillosos una de las pocas plantas leñosas silvestres que aparecen es la retama, también alineadas en el borde los caminos como en las campiñas blancas. Hubo un gran desarrollo de esta especie al tiempo que se hizo la concentración parcelaria y se arreglaron los caminos rurales. Probablemente sus semillas procedían de las graveras de donde se trajo el material para realizar los caminos. En la actualidad son profusamente dispersadas por los conejos y el ganado doméstico, sobre todo ovejas, que comen sus semillas duras y las dispersan con sus deyecciones lejos de las plantas madre.
Los cerros yesíferos o aljezares poseen una flora y vegetación muy diversa. Sus especies son capaces de vivir en los estrechos suelos que se desarrollan sobre el mineral de yeso, de composición tóxica para la mayor parte de las plantas. Entre las plantas arbustivas encontramos a la jabonera o jabuna, de pequeñas flores blancas. También aparecen varias jarillas, entre ellas la de escamas, de pequeñas hojas verdes plateadas. Otros arbustillos son la herniaria, el mastuerzo o la centaurea. Además están el tomillo salsero, utilizado en aliño de aceitunas y para condimentar guisos, y el tomillo de Aranjuez, que debe su nombre a ser una planta que solo crece en el centro de España y haber sido descubierta en la vecina villa. También abunda el esparto y otras plantas de aspecto similar, como el albardín o esparto basto, que crece en las zonas más salinas de los yesos. Entre todas estas plantas perennes aparecen los líquenes, seres vivos mitad planta y mitad hongo, capaces de vivir sobre la propia roca.
Son raras las plantas de mayor talla que los tomillos o la jabonera en los cerros de yeso, aunque existen algunas. Entre ellas encontramos a las efedras, plantas con propiedades medicinales recolectadas en tiempos pasados. La retama aparece generalmente aislada, aunque donde la presión del ganado es alta, como en algunas fincas de los cerros de la vega, presentan densidades mayores. Como testigos de lo que fueron los bosques primitivos se pueden encontrar algunas encinas en los cerros de la vega.

Las vegas son los lugares más productivos debido a la mayor humedad de sus tierras. En el pasado debieron ser zonas exuberantes de vegetación con enmarañadas arboledas y zarzales, así como numerosas zonas encharcadas originadas por las crecidas de los ríos. Aquí son mucho más frecuentes las arboledas que en el llano cerealista o en los cerros yesíferos, debido a la más rápida recuperación del arbolado tras su corta, gracias a la alta humedad del suelo. En la actualidad la mayor parte de la vega se encuentra dedicada al cultivo y a la extracción de áridos. Por tanto la vegetación silvestre se limita a una estrecha franja pegada a ambos lados del río. Próximos a las orillas, pero con parte de sus tallos fuera del agua se desarrollan el carrizo, la espadaña y las cañas. En las orillas del río aparecen sauces arbustivos, que colonizan rápidamente los bordes e islas del cauce. Más hacia fuera aparecen los chopos, sauces arbóreos y tarays. Detrás de esta zona, donde el nivel del freático oscila más y el suelo es menos pesado, se desarrollan las olmedas. Cuando los suelos son más salinos el taray prospera mejor que ninguna otra especie, tolerando además los periodos de sequía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario